D. Jesús María de Leizaola Sánchez nació en la calle Getaria, en Donostia-San Sebastián, el 7 de septiembre de 1896, en el seno de una acomodada familia encabezada por D. José Zacarías Leizaola y Dña. Cándida Sánchez, siendo el tercero de siete hermanos.
Durante su infancia conoce por boca de su abuela las guerras carlistas, toma contacto gracias a la librería familiar con personalidades próximas a Sabino Arana y a los primeros grupos nacionalistas vascos.
Tras cursar los estudios primarios y el bachillerato obteniendo notas excelentes, ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid, concluyendo rápidamente y con éxito la licenciatura. En 1915 empieza a trabajar en la Diputación de Gipuzkoa, como Jefe Letrado de la Sección de Fomento y se intensifican sus contactos y simpatía por los sectores nacionalistas emergentes que van adquiriendo fuerza y presencia en la sociedad guipuzcoana de la época.
En 1919 se traslada a Bilbao para ocupar la plaza de Jefe de Sección de Hacienda en el Ayuntamiento de Bilbao. Se intensifican sus contactos con las filas nacionalistas vascas y este mismo año se afilia a Comunión Nacionalista Vasca, tal y como se denominaba entonces el Partido Nacionalista Vasco.
Inicia una intensa colaboración con el emergente movimiento nacionalista vasco, publicando artículos, interviniendo en actos públicos, conferencias, mítines,…
El 16 de Septiembre de 1922 encabeza en Gernika una manifestación a favor de la creación de una Universidad Vasca. No se trata de cualquier manifestación: él y otros destacados simpatizantes nacionalistas proclaman sus reivindicaciones en presencia del rey Alfonso XIII, que se había desplazado hasta esta localidad para participar en la clausura del III Congreso de Estudios Vascos. Inmediatamente es detenido junto al director del diario Euzkadi. Al día siguiente, esposados y custodiados por la Guardia Civil, realizan a pie el trayecto desde Gernika hasta Amorebieta, en donde son liberados.
En 1923 es nombrado vicesecretario del Ayuntamiento de Bilbao, y al año siguiente aprueba las oposiciones para el cuerpo nacional de primera categoría de secretarios de Administración Local. Ese mismo año, en 1924, contrae matrimonio con María del Coro Loidi Zulaica en San Sebastián. En 1925 debe abandonar su plaza en el Ayuntamiento de Bilbao al ser nombrado por orden judicial director-liquidador en la quiebra del Crédito de la Unión Minera.
La eficacia con que afronta la liquidación le permite ocupar durante seis años más la plaza de consejero-jurídico del Crédito de la Unión Minera.
Entre tanto, sigue participando activamente en la vida política vasca, publica colaboraciones en revistas y periódicos de la época, e interviene en las gestiones que se realizan para reunificar a los nacionalistas de la CNV y del anteriormente creado PNV a partir de una escisión de CNV.
El 12 de Abril de 1931, horas después de que se proclamara la II República española, junto a José Antonio Aguirre, Ramón Azkue y Juan Antonio Careaga, pone en marcha el movimiento municipalista a favor de la república vasca y la autonomía. Es ésta su primera acción política.
El 28 de Julio de 1931 es elegido diputado electo por Gipuzkoa e interviene en la redacción de la Constitución de 1931. Sigue publicando colaboraciones e impartiendo conferencias, en las que ensalza la gestión que desarrollan los ediles y alcaldes vascos, una de las razones que le impulsan a creer que Euskadi merece la autonomía. Prosigue desarrollando una intensísima vida política, actuando a diversos niveles.
En de Enero de 1932 tiene lugar el asesinato de tres republicanos en Bilbao y la quema de una iglesia en Santurtzi. Don Jesús María exculpa a los nacionalistas de toda violencia, y denuncia, sin ninguna clase de paliativos, los atentados cometidos por grupos de izquierdas contra miembros del nacionalismo vasco. También reclama entonces el necesario entendimiento entre todas las fuerzas políticas para lograr un escenario de convivencia pacífica.
El 15 de septiembre de este mismo año enarbola la ikurriña junto a la bandera republicana en el balcón del palacio de la Diputación de Gipuzkoa, donde se acababa de firmar el Estatuto de Autonomía para Cataluña.
Unos días después, el Euzkadi Buru Batzar (EBB) le nombra, junto a Aguirre y Basterrechea, delegado del PNV en la frustrada comisión redactora del nuevo proyecto de Estatuto patrocinado por las comisiones gestoras de las diputaciones vascas.
En marzo de 1933 reivindica el euskara como lengua de todos los vascos, no sólo de los nacionalistas, a raíz del entonces llamado «caso Idiakez». Este año, 1933, se caracterizó también por la disolución de las Cortes y la celebración de nuevas elecciones, que lo ocupan en diversos actos de campaña. Es elegido en Noviembre diputado por Gipuzkoa. Entre junio y julio, aprueba la oposición para secretario de la Diputación de Gipuzkoa a la que se había presentado. Desanimado por las dificultades para llevar adelante el proceso de autonomía para Euskadi, entrega su acta de Diputado y regresa a Donostia-San Sebastian para ocupar la citada plaza.
En Abril de 1935, la comisión gestora le nombra representante de la Diputación de Gipuzkoa en Madrid para la redacción del apartado financiero del proyecto de Estatuto de Autonomía Vasco que se estaba elaborando.
1936. Don Jesús María de Leizaola, que se encuentra trabajando en Madrid en el proyecto de Estatuto, asiste al tenso funeral tras el asesinato de Calvo Sotelo, líder del Bloque Nacional. El golpe de estado del 18 de Julio le sorprende en Donostia-San Sebastián. En esos días convulsos y difíciles, a punto está de ser alcanzado por disparos realizados desde el cuartel de Loyola (Donostia-San Sebastián). Leizaola toma la determinación de defender la causa republicana. Colabora con la Junta de Defensa de Gipuzkoa, trata, sin éxito, de mantener el orden en Donostia-San Sebastián y a punto está de ser asesinado. El será uno de los máximos responsables de la evacuación pacífica y ordenada de la ciudad. Abandona Donostia-San Sebastián el 12 de Septiembre de 1936. No volverá a pisar su ciudad natal hasta 40 años después.
Es uno de los secretarios en la elección de José Antonio de Aguirre como Lehendakari del Primer Gobierno Vasco, el 7 de Octubre de 1936. Ese mismo día, Aguirre le nombra en Gernika Consejero de Justicia y Cultura del Gobierno Vasco, en un ejecutivo de concentración encabezado por el PNV.
Leizaola es el hombre de confiaza de Aguirre. Supervisa el buen hacer de las demás consejerías del gobierno al ser presidente de la Comisión Jurídica Asesora, además de responsable de la edición del Diario Oficial del País Vasco-Euzkadiko Agintaritzaren Egunerokoa. Sustituye también al Lehendakari en los actos a los que éste no puede acudir, es Secretario del Consejo de Gobierno y portavoz del mismo ante los periodistas.
Nuestro máximo inspirador manifiesta nuevamente la importancia que para él tenía la educación como cauce esencial para formar a las gentes de Euskadi y para lograr la supervivencia del euskara y de nuestras raíces culturales más ancestrales. Si en 1922 protagonizó una manifestación pro universidad vasca, desde el Departamento de Cultura organiza la enseñanza en todos sus grados. Hace por fin realidad su sueño, al crear la primera Universidad Pública Vasca, con la apertura de la Facultad de Medicina en el Hospital de Basurto, en Bilbao. Esta experiencia apenas duraría unos meses antes de la entrada de las tropas franquistas en la Villa, pero supuso todo un hito en la Historia de Euskadi. Era la primera vez que, con rango oficial, el Euskara hacía acto de presencia en la formación superior.
Leizaola no descansa. Organiza también el funcionamiento de la Justicia, hace todo lo que está en su mano por mantener el orden y garantizar la calidad de vida de los presos que lo son por razón de la dura Guerra Civil que se está librando en ese momento. Interviene en diversas gestiones para canjear prisioneros.
Ya en 1937, denuncia el bombardeo alemán de Gernika, viaja a Valencia para solicitar apoyo aéreo y militar ante la ofensiva que están librando las tropas franquistas. Sin embargo, no obtiene el apoyo necesario para fortalecer las defensas de Bilbao, y es nombrado responsable de la Junta encargada de dirigir la última defensa de Bilbao y evacuar la ciudad. Don Jesús María permaneció en Bilbao hasta pocas horas antes de que la ciudad cayera en manos de la vanguardia requeté.
Son amargos los momentos que vive Leizaola. Intenta negociar la rendición de los combatientes vascos, y evacuar a la mayor parte de la población posible. Pero son muchas las personas que se quedan atrás y cuyo futuro a manos de las tropas franquistas es incierto en grado sumo. Don Jesús María se instala provisionalmente en Santander, después en Barcelona, y a partir de 1939, Francia, diversos países de América,… serán visitados por «Lendakari Zarra».
Ya en el exilio, trabaja activamente instalando a los miles de vascos y de republicanos desplazados por la cruel Guerra Civil, edita diversas publicaciones, se hace cargo del Gobierno Vasco coincidiendo con la desaparición de Aguirre por tierras belgas,…
La II Guerra Mundial y la derrota de las fuerzas del Eje da esperanzas a Leizaola y a los republicanos en cuanto a que la dictadura del General Franco también tenía sus días contados. Pero las fuerzas aliadas no atacarían al régimen instaurado por los golpistas fascistas del 18 de Julio de 1936. Se inicia la etapa más triste, la del exilio, sin saber cuándo podrá volver a pisar su País, Euskadi.
Infatigable como pocos, Leizaola prosigue escribiendo artículos, libros, editando revistas y publicaciones, visitando a las colonias vascas a las que anima con entusiasmo, y participando activamente en su partido, ahora en el exilio.
El 28 de Marzo de 1960, fallece Jose Antonio de Aguirre. En su funeral, celebrado en San Juan de Luz, jura el cargo de Presidente del Gobierno Vasco.
Participa activamente en diversas gestiones ante el Vaticano y EE.UU. para que el que se llamó «Caso de Burgos», en 1969, se celebrará a puertas abiertas. También divulga ante la Santa Sede, representantes diplomáticos de las principales potencias y otras organizaciones, detalles de las torturas que aplicaba la policía franquista para obtener de los detenidos las confesiones que le convenieran. Gracias a todo ello, se generó gran expectación en torno a este caso, periodistas extranjeros pudieron estar presentes en la Sala de Vistas y Franco, ante las numerosas presiones internacionales, se vio obligado a conceder el indulto a los condenados a muerte.
En 1974 vuelve a pisar territorio de Hegoalde 37 años después de la evacuación de Bilbao. Logra llegar de incógnito a Gernika para celebrar el Aberri Eguna. Visita también la basílica de Begoña, concede una rueda de prensa clandestina en Bilbao y rinde homenaje a Sabino Arana en el cementerio de Pedernales. Tras quince minutos en Gernika, vuelve rápidamente a San Juan de Luz.
Son los estertores del franquismo. Cinco años después, el 15 de Diciembre de 1979, reinstaurada la democracia, regresa de un exilio de más de 40 años. Uno de los actos más emotivos de su vida tiene lugar ese mismo día en el campo de fútbol de San Mamés, en Bilbao, donde es recibido por miles de personas que le rinden un merecido y cálido homenaje. Al dia siguiente, en un acto simbólico, y como prolongación del primer gobierno vasco elegido democráticamente por los ciudadanos, entregó todos sus poderes de «Lendakari» al presidente del Consejo General Vasco y miembro del PNV, Carlos Garaikoetxea.
En 1980, con el fin de aglutinar diversas tendencias dentro del PNV, se le incluye por sorpresa en las listas vizcaínas de candidatos del PNV a las primeras elecciones al Parlamento Vasco. Resulta elegido parlamentario el 9 de Marzo, y poco después, siendo designado Lehendakari Carlos Garaikoetxea, pasará a llamársele cariñosamente «Lendakari Zarra».
Pero Leizaola cree que es la hora de los jóvenes valores de la política vasca. Por ello, se retira definitvamente de la vida política, renuncia a su escaño y se dedica al estudio y a escribir diversos trabajos. Acude a homenajes, concede entrevistas a periodistas e historiadores, ansiosos por conocer y divulgar esa parte de nuestro pasado que durante más de cuarenta años nos fue negada por la dictadura.
Los últimos actos en los que tomó parte fueron los funerales del ex-consejero del Gobierno Vasco Juan Astigarrabía en Donostia-San Sebastián, y un homenaje en San Juan de Luz a José Antonio de Aguirre. Pocos días después de que interviniera en estos actos públicos, el 16 de Marzo de 1989, a los 92 años de edad, sufre un infarto de miocardio. Su corazón se detiene para siempre.
Sus funerales se tienen que celebrar en la Basílica de Santa María, en Donostia-San Sebastián, ya que el obispado de San Sebastián se niega a que el funeral tenga lugar en la Catedral del Buen Pastor. Se instala la Capilla Ardiente en el Salón del Trono de la Diputación de Gipuzkoa para que los ciudadanos le rindan el último homenaje. Mauro Elizondo, Abad Mitrado del santuario alavés de Estíbaliz y amigo del finado, oficia los funerales por encargo personal del entonces Lehendakari, José Antonio Ardanza.
El 20 de Marzo sus restos son inhumados en el panteón familiar de cementerio de Polloe, en Donostia-San Sebastián.
Concluye así la vida y obra de una de las figuras más destacadas de nuestra historia más reciente. Pero su trabajo, sus esfuerzos, sus sacrificios, no han sido vanos. Su memoria se mantiene viva y presente entre nosotros, y a él queremos rendir tributo con todas nuestras actividades y quehacer diario. Y, junto a él, también queremos recordar a todos esos héroes anónimos u olvidados por el transcurrir de los años, pero que dedicaron e incluso entregaron su vida en la defensa de su tierra, de su pueblo. La semilla que sembraron ha dado su fruto.
«Guk euskaldunak, gure oraingo lurretan beti bizi izandako gizonen ondorengoak gerala uste izan degu aintziña aintziñatik» (Jesus Maria Leizola)